Mura mogollon

Si, ha sido maravilloso sentir ese calor de hogar, comer con el sazón de la filipina colombiana y el amor que le pone el escultor sensible a la tierra para que todo este sabroso sabroso. Fueron bonitos días de chimenea, viendo la montaña, conociendo ese mágico pueblo y sus historias y sintiendo el calorsito de una parte de nuestra famila ambulante. Los que ya han ido saben que la casita es un rincón calido con un ser blanco que se deja ver de vez en cuando, los que no han ido animense ya, para mí es un perfecto lugar de sosiego, dónde la buena música acompaña el paisaje y dónde la parejita anfrintiona mima a sus invitados de tal forma que uno no se quiera ir!!!!! Volveré y con guarito!!! Gracias por todo, fueron días bonitos!!!