Esta es la canción que más estoy escuchando porque me hace pensar mucho en ti y se ajusta al ritmo de los acontecimientos que me rodean.
Aquí, ya ha empezado el otoño, la naturaleza se viste de ocres, sienas y dorados. Por la tarde, suele llover un rato, sin violencia, lo justo para cubrir todo el paisaje de perlas de agua. En el huerto, cada mañana, hay alguna planta, que en su último suspiro, me da las gracias por haber pasado el verano juntos y se despide, envejecida y orgullosa, dejándome a sus hijos para que los proteja del frío. Suelo salir a dar un paseo antes de que caiga el manto de la noche. El pueblo parece abandonado y las piedras de sus casas están frías y silenciosas. De repente, una mariposa, desesperada, al ver que el verano se ha terminado y todavía no se ha casado, da vueltas perdidas buscando la flor de la vida en un campo que, ahora, pertenece a la muerte. El ambiente es frío y huele a limpio, si no fuera por el cambio lento y constante de los colores del paisaje parecería que el mundo se hubiera parado. T.Q.P.
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